Hace un par de semanas la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) publicaba el nuevo informe Renewable energy and jobs – Annual review 2015. Aparte de la cifra global de empleos, que asciende a 7,7 millones de personas, se aprecia la importante contribución de la bioenergía a dichas cifras. Los biocarburantes aparecen como los segundos generadores de empleo, puesto que también presenta la bioenergía en general, tras las tecnologías solares. En la UE solo con los trabajadores y trabajadoras de la biomasa (342.000) le sirven para situarse en el primer puesto, por delante de la eólica (320.000).
Según el informe de Irena, la biomasa sólida añadió 37.900 empleos nuevos en 2013 en la UE, muy por encima de la éolica (12.600) y la geotérmica (7.300). Este incremento le ha llevado a superar por primera vez a la eólica: 342.100 puestos de trabajo frente a 319.600. Ambas están muy por delante de la energía solar fotovoltaica (165.000), la geotérmica (104.600) y los biocarburantes (97.200). La suma de estos últimos más la biomasa sólida y el biogás convierte a la bioenergía, de largo, con 505.300 puestos de trabajo, en el grupo de tecnologías renovables que más empleo genera. De los 66.000 del biogás, 44.000 pertenecen a Alemania.
Este es el resumen en cuanto a Europa. A escala mundial, los biocarburantes pisan los talones a la tecnología que más empleo genera, la solar fotovoltaica, con casi 2,5 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Los biocombustibles líquidos, bioetanol y biodiésel fundamentalmente, rozan los 1,8 millones. El dato más significativo en este caso es que Brasil, con 845.000 empleos, acapara casi la mitad mundial, al contabilizar 200.000 puestos indirectos. Solo en el cultivo de caña de azúcar hay 304.000 personas empleadas.